Noche de Reyes o cómo quieras, dirigida por Analía Fedra García.
Un oscuro y amplio espacio, la sala de teatro. En el centro, un escenario custodiado por cuatro columnas. Dos tarimas se encuentran dispuestas en dos de sus cuatro laterales. Los espectadores permanecen frente al escenario y a los costados. Un juego de cables de pequeñas luces, como luces blancas navideñas, ilumina el escenario. No hay decorado, no hay objetos, nada en que sostenerse. Los otros dos laterales opuestos serán los accesos a través de los cuales el grupo de actores entrará y saldrá de escena una y otra vez. Sólo queda esperar su aparición, su cuerpo y su voz llevando adelante una historia.
Noche de Reyes o como quieras, uno de los cuatro Proyectos de Graduación del 2013 de la Licenciatura en Actuación en Artes Dramáticas del IUNA, estuvo al mando de Analía Fedra García, joven y reconocida directora de teatro. A pesar de su experiencia como directora, esta obra resultó para García todo un desafío ya que la cantidad de actores en total, de hombres y mujeres en particular, ya venía asignada antes de saber si quiera qué obra representar. Pero por sobre todo, un desafío porque es el momento cumbre del estudiante que quiere exponer todo lo aprendido durante los años de carrera. Es el paso, el último y el más difícil, en el cual el alumno deja de serlo para convertirse en profesional.
La obra es clásica, pero no por ello sencilla. Está escrita por William Shakespeare y no es un drama. Comedia romántica de enredos, Noche de reyes o como quieras narra la historia de dos idénticos hermanos gemelos que, a causa de un naufragio, se separan sin saber nada el uno del otro. El destino los llevará, no solo a ellos sino también a los nobles, a los bufones, a los familiares borrachos y a los empleados envidiosos, a cambiar y confundir identidades, a esconderse bajo disfraces, a burlarse y ser burlados, pero sobre todo a ser amados sin corresponder y a amar sin ser correspondidos. El amor fraternal, el deseo del reencuentro entre los hermanos, es la primera motivación, aunque en el camino este sentimiento se irá ampliando y el amor romántico pasará a primer plano.
La elección de esta obra es definitivamente un acierto, se trata de un desafío para estos jóvenes actores por ser una obra clásica, compleja, larga, y por demandar mucho trabajo escénico. El texto, rico y extenso, es una prueba actoral ampliamente superada por este grupo de alumnos, ya que pudieron naturalizarlo y hacerlo propio a pesar de la dureza y de la complejidad de las palabras y las oraciones. El espacio en el que transcurre la obra, ese ámbito con forma de ring de box en el centro de la sala, es donde los actores, así como los boxeadores, explotan al máximo sus talentos. Las constantes entradas y salidas del escenario le otorgan un acertado dinamismo a la historia al mismo tiempo que permite a cada uno de los actores, en determinados momentos, desarrollar su potencial individual. La decisión de montar un escenario vacío, sin un solo objeto que acompañe las acciones de los personajes, no es gratuita. Ellos están en el verdadero centro del espacio y sus únicas herramientas son su texto, su voz y su cuerpo.
Uno de los aspectos más destacables de la directora, es que la elección de Noche de reyes o como quieras permite a cada actor disponer de su espacio y tiempo para lucirse en el escenario. De eso se trata el proyecto de graduación, de que cada alumno pueda desarrollar sus habilidades y afirmarse no ya como actor/alumno, sino como actor profesional. Al final de la obra, cuando se develan las verdaderas identidades, se desenmascara a los tramposos y los enamorados se encuentran, todos los actores se juntan por primara vez en el escenario a cantar y bailar, a festejar con entusiasmo por el final de una etapa y el comienzo de otra.
Texto publicado en ARTECRÍTICAS