Tragedia en la playa

Golpe de aire, de Marcelo Mininno. Dirigida por Marcelo Mininno. Con Andrés D’Adamo, Lautaro Delgado y Germán Rodríguez.

Una pequeña ciudad de la costa atlántica, un matrimonio desgastado por la rutina, un hijo solitario, un hermano que llega sin que lo inviten y una mujer sola que desea pasar unas tranquilas vacaciones. Cada uno a su tiempo y todos a la vez relatarán una historia que deviene en un hecho fatal y que se inscribe implícitamente en una tragedia mayor, la de la crisis del 2001. Todo comienza con un encuentro crucial entre esta mujer solitaria, cansada de los gritos que provienen de la casa de al lado, y su vecino, atado a una vida rutinaria y sin sentido. Sin embargo, la obra no es la historia en sí, sino el relato de la misma: las cosas ya sucedieron. El hombre de esta frágil familia es un escritor que intenta desesperadamente reescribir la historia, y a ese intento se sumarán todos los protagonistas, incapacitados de aceptar una realidad demasiado dolorosa.
Golpe de aire es la segunda obra escrita y dirigida por Marcelo Minino, en la cual se indaga sobre el paso del tiempo, el destino, las elecciones de la vida, lo que se puede evitar, lo que se puede cambiar y lo que ya no tiene remedio. Pero sobre todo se indaga en las infinitas posibilidades de la palabra, su valor de convertir el decir en hacer, su capacidad de crear acto cada vez que ese golpe de aire es expulsado de los pulmones y sus vanos intentos por modificar el curso de una historia que ya está escrita. En una tentativa frustrada y constante, Golpe de aire sistematiza el recurso de la repetición de los momentos clave en la vida de sus protagonistas. La obra se construye en base a la representación del relato desde diferentes perspectivas, relato que inevitablemente desemboca en un mismo final.
Resulta evidente la gran importancia que tiene para Minino el trabajo del actor, y en esta obra en particular el espectador puede dar cuenta de que las interpretaciones de los actores son consecuencia de un arduo ensayo previo. La historia se desarrolla en un constante devenir de palabras y acciones que nunca terminan y que son casi las mismas todo el tiempo, cuestión difícil para el actor que tiene que encontrar en cada fragmento la emoción e intensidad adecuada, a pesar de que en la superficie pareciera decirse lo mismo todo el tiempo. Ante la presencia constante de todos los personajes en escena, la iluminación resuelve de manera sutil pero clara la focalización de los puntos de atención. Asimismo, la escenografía, compuesta de una casa con puertas, ventanas y pasillos, permite a los personajes entrar y salir constantemente, multiplicar y repetir sus acciones, ir y venir en el tiempo para intentar torcer el destino aunque éste siempre termine ganando.
Golpe de aire es una obra que exige un alto nivel de concentración. Al comienzo la trama se devela como un complejo nudo de palabras que lentamente se va desenredando, al tiempo que el espectador va adquiriendo un nivel mayor de entendimiento sobre los hechos, que se suceden simultáneamente desde diferentes perspectivas. Sin embargo, una vez comprendido el mecanismo de la obra y revelado hecho fatal en la mitad del desarrollo, las expectativas ceden y la trama, ya desnuda y sin los artilugios de las palabras enmarañadas, pierde la fuerza impulsiva del comienzo. El relato sigue su curso y finaliza una vez que cada uno de los involucrados expuso su visión y sus sentimientos acerca del devenir fatal de los hechos. Realizada la catarsis, agotados los intentos por volver el tiempo atrás y deshacer la tragedia, asumido el fracaso, ya no queda nada más para decir.
Texto publicado en ARTECRÍTICAS

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